Fonds de Prévoyance du Crédit Agricole
Una implantación en relación con el entorno:
La reflexión sobre la implantación llevó a ocupar la máxima superficie edificable de la parcela. Es jugando con la normativa de Lausana en su interpretación de las distancias a los límites como el edificio asume su singularidad formal. Para paliar el problema de un espesor del edificio poco adecuado para la vivienda, la planta se estrecha en su centro y se ensancha en los extremos norte y sur, creando así fachadas plegadas, lo que reduce visualmente la escala de su percepción y evita relaciones demasiado frontales con el vecindario actual y futuro. En su relación con la topografía, el edificio se asienta en el terreno disociando el nivel público de entrada del primer nivel de viviendas. Este dispositivo de acceso aporta un carácter más público a la relación del edificio con la calle, al tiempo que conserva una gran privacidad de los apartamentos situados en los niveles superiores.
Un enfoque tipológico:
La distribución de las viviendas se organiza en torno a dos escaleras verticales, distribuyendo la variedad tipológica, desde estudios hasta viviendas de 4,5 habitaciones. El grosor del edificio ha dado lugar a tipos monoorientados y tipos en esquina. Se ha utilizado la logia en cada apartamento para prolongar los espacios de vida hacia el exterior y articular los espacios de estar en subespacios en los apartamentos en esquina. Esta estancia exterior aporta además orientación y vistas adicionales hacia el exterior.
Una búsqueda de domesticidad:
La elección de los acabados se ha decantado por materiales de calidad, que remiten a una forma de domesticidad, con la voluntad de alejarse de los códigos habituales y comunes de los edificios de alquiler. Parqué de roble ahumado, carpintería gris-beige, enlucido fino y baldosas compuestas en el suelo y las paredes de los baños constituyen la paleta de materiales de las viviendas. El roble de fil, la piedra de Evolène, el hormigón arenado y la pintura de color arena claro contribuyen al ambiente noble y atemporal de los espacios de circulación. En el contexto mixto del barrio de Les Fiches, en el límite de la zona reservada a la actividad, el edificio asume su posición y su escala singular. Mediante el uso del metal, el proyecto busca una forma de ligereza, en contrapunto a sus dimensiones y respetando la imagen de su fachada no portante. La estructuración del perfil de la chapa añade un toque «vibrante» a la percepción de las fachadas, que cambian mucho según el ángulo desde el que se perciben y la incidencia de la luz. La elección de los materiales, aluminio colinal en dos tonos, «bronce y champán», y la presencia del zócalo de hormigón prefabricado arena, remiten a una imagen atemporal, impregnada de calidez y domesticidad. Las ventanas longitudinales que rodean la envolvente contribuyen a esta búsqueda de ligereza, al ofrecer una gran cantidad de luz natural en el interior de las viviendas.