Avenue Dapples 54

A finales de los años noventa, unos cinco años después de su fundación, Richter et Dahl Rocha había crecido de forma constante. Este crecimiento constante llevó a una cuidadosa reevaluación de las necesidades de la empresa y a una reorganización de sus oficinas y estudios. Así, la empresa se trasladó a un nuevo espacio, un almacén semiindustrial conectado a un edificio de mampostería del siglo XIX, integrado en el tejido de un barrio residencial. Los espacios de estudio abiertos para el trabajo en equipo ocupan la planta original del antiguo almacén y un entresuelo de nueva creación, mientras que las oficinas y las salas de conferencias se encuentran en la estructura del siglo XIX. Aunque ambas partes del edificio fueron cuidadosamente renovadas, el carácter contemporáneo de la intervención se hace especialmente evidente en los elementos de nueva creación que dan a los diferentes espacios su carácter específico y, al mismo tiempo, sirven de nexo de unión en todo el proyecto: dos escaleras de acero plegado, un puente de acero y cristal grabado y todos los elementos de mobiliario de madera contrachapada.